Por Javier Ortiz Amuriza
Octubre de 2023.
Compartir visiones propias. Aprendizaje, hermandad y plantar cara a nuestros propios “demonios” para zafarnos de los condicionamientos propios y alcanzar una verdadera comunicación constructiva, íntima y auténtica.
Desde hace unos años escribo artículos en los que trato de compartir mi modo de ver las cosas en la sociedad actual. Trato de hacerlo intentando llevar a mi experiencia personal el modo en el que, de una u otra manera, vivo en mí mismo, los diferentes aspectos que denuncio en la sociedad.
Desde el inicio escribo estos artículos con el ánimo de compartir mi aprendizaje personal en la vida. Mi aprendizaje personal en muy distintos aspectos de la vida desde el ámbito profesional hasta el ámbito más íntimo y personal.
Un aprendizaje durante el cual considero que el esfuerzo más valioso que hago, es tratar de comprender mi propia neurosis personal. Intentar comprender la manera en la que mi mente y mis miedos, han venido proyectando a lo largo de mi vida situaciones insostenibles. Creo sinceramente que algo así nos ocurre a todas las personas cuando nos vemos constreñidas por situaciones personales de diversa índole. Dificultades económicas en unos casos, problemas en las relaciones personales, familiares, profesionales o de cualquier otra índole. A menudo cuando vivimos dificultades lo vemos todo teñido por el color de las mismas sin ser capaces de comprender cómo somos nosotros mismos, en muchas ocasiones, quienes entorpecemos nuestra visión.
Todas las personas tenemos condicionamientos causados por nuestras experiencias más dolorosas y el modo en que hemos sido capaces de abrirnos paso a través de ellas. En demasiadas ocasiones damos por válidas actuaciones propias que distan mucho de un comportamiento equilibrado.
Ver Art. 92. Una familia, cada vez, más numerosa.
Ver Art. 46. Codicia vs Igualdad.
No me cabe la menor duda de que iniciar un sendero de autoconocimiento propio debe nacer desde el interior de cada persona libremente. De nada sirve hacerlo si no existe un firme y sincero anhelo de recorrer el camino en pro del crecimiento propio. De nada sirve hacerlo imitando a otras personas. Creo sinceramente que debe de obedecer a un anhelo propio íntimo y sincero. Creo que solo entonces se puede comenzar a dar pasos para aprender a discernir la manera de sentir propia y comprender nuestro modo de actuar. Comprenderlo, aceptarlo y empezar a cambiarlo cuando ello sea menester, que creo es en la inmensa mayoría de los casos.
Creo que conocerse a uno mismo y darse cuenta de la profunda confusión que nuestra propia mente, nuestro propio pensamiento proyecta sobre la realidad, es una ardua labor. Creo sinceramente que tan solo puede hacerse por elección propia desde la más absoluta libertad y creo, además, que requiere de todas las ayudas a las que podamos recurrir para ello.
Ver. Art. 47. La tonta del bote.
Con esta nueva serie de artículos a la que denomino un paso atrás para tomar impulso quiero compartir distintos aspectos de mi aprendizaje que considero pudieran resultar de utilidad a otras personas. Para ello voy a valerme de diferentes escritos o extractos de los mismos, que he ido acumulando a lo largo de mi vida y de los cuales creo que se puede extraer alguna ayuda para quien decida emprender el sendero del conocimiento interior propio. Así, y considerando que toda ayuda es poca en este intento, pienso que contar con un guía, un terapeuta y/o un amigo sincero, es imprescindible. Al menos yo así lo hago, apoyándome en todo tipo de ayudas terapéuticas o no. Aunque considero que la ayuda terapéutica es imprescindible también para obtener un feedback, creo que el papel de éstos es brindar herramientas para que cada persona se erija en terapeuta de sí mismo. Te pueden brindar apoyo y acompañamiento valioso, pero creo que cada quien debe hacerse su propia terapia a sí mismo.
Quisiera hacer un inciso para comentar un par de asuntos de actualidad en los que considero que se deja patente no solo la neurosis que domina a la mayoría de las personas, sino, por ende, la neurosis que considero predomina en la sociedad actual.
Por un lado y en el ámbito de la política nacional española me llama la atención cómo a colación del conflicto entre Israel y Gaza, hay quienes critican el mero hecho de que en el seno del gobierno español existan opiniones contradictorias. Desde mi modo de ver, contradicciones en el seno de órganos colegiados, aquellos compuestos por tres o más personas, que deciden en base a mayorías o mediante otros sistemas (política exterior por la presidencia), como es un gobierno con sus ministros, como decía, el hecho de que existan contradicciones me parece de lo más natural.
En cualquier órgano colegiado sano en los que sus miembros puedan expresarse con libertad debería de haber opiniones contradictorias sin perjuicio de que a la hora de tomar las decisiones, se tomen por mayoría y los miembros con opiniones en uno u otro sentido acepten como propias las decisiones obtenidas mediante el sistema de mayoría.
Por ello no me parece alarmante que, en el seno del gobierno español en funciones, existan opiniones contradictorias respecto a un tema tan candente como es el conflicto de Israel y Palestina. Hasta creo que el hecho de que así sea implica un síntoma de salud en el funcionamiento de estos órganos puesto que denota un grado de libertad que permite a sus miembros expresar sus opiniones particulares independientemente de la toma de decisiones, que como digo habrá de tomarse por mayoría. O siguiendo otros sistemas como es en el caso de la política exterior del país que, en nuestro caso, será determinada por la Presidencia.
Creo sinceramente que un funcionamiento sano de cualquier órganismo colegiado debe respetar la libertad individual de cada miembro y su derecho a expresarse consecuentemente, así como el sistema de toma de decisiones que corresponda sea bien respetando una mayoría determinada o cualquier otro sistema de decisiones establecido.
Por otro lado, quisiera también expresarme en torno a un tema que creo está detrás de demasiados de los conflictos existentes en el planeta, la religión. Consideró que las religiones de uno u otro tipo son creaciones de las personas en el intento de interpretar y compartir una creencia íntima impersonal. Sin embargo considero que, de manera desafortunada, las religiones han causado más conflictos y guerras en la historia de la humanidad que otra cosa. Por ello me gusta concebirme como una persona más espiritual que religiosa pues, aunque mi creencia es íntima y profunda, no comparto en absoluto las posiciones que utilizan a las diferentes religiones para hacerse la guerra los unos a los otros o bien para criticar a los otros y sostener nuestras posturas menos comprensivas y acertadas.
Siento que se trata de un sin sentido pues hasta donde soy capaz de comprender las diferentes religiones, ellas hablan de hermandad, compasión y abnegación. A pesar de ello los enfoques más obtusos de unas y otras personas nos lleva conduciendo, ante toda la historia de la humanidad, al juicio de los otros y en demasiadas ocasiones, a sentenciarlos de un modo inmisericorde.
