Recuerdos
Tía Inma. Durante mi infancia me mimó y consintió con premeditación y alevosía. Me encantaba. Gracias tía por tanta atención y ternura. Siempre viva en mi corazón.
Un hombre bondadoso, austero, disciplinado y trabajador con quien pude compartir trabajo, íntimo aprendizaje y amistad. Siempre te recordaré con cariño.
Mi prima-hermana Lala. La más responsable junto a mi hermana Leire durante nuestra infancia. Una vida dura. Tras perder a su amado esposo Joaquin, una enfermedad dura y larga, pero nunca perdió la alegría. Deja un hijo, Joaquin. Ánimo cariño, no estás solo. Que te vaya bonito Lala. Siempre viva en nuestros corazones.
El padre de mis amigos de infancia, Marta, Julio y Cesar. Un arquitecto de reconocido prestigio que endulzó nuestra infancia inventando todo tipo de artilugios y juguetes. Un hombre bondadoso a quien llamaba Tío sin serlo de sangre y a quien siempre llevaré en mi corazón. Que te vaya bonito Tío.
Inicialmente compañera de trabajo, aunque pronto pude darme cuenta de su calidad profesional convirtiéndome en su aprendiz. Después conocí su calidad humana, excepcional. Aunque en distintas ocasiones me dijo que no era creyente, pocas personas he conocido tan comprometidas con actuar correctamente, fuera fácil o difícil. Familia para mí, siempre estará en mi corazón.
Mi prima-hermana, Una mujer bondadosa y cariñosa con quien siempre me unió un gran cariño desde la infancia. Una mujer que dejaba vislumbrar su fortaleza y carácter con cierto mal genio. Que te vaya bonito Martita, siempre estarás en mi corazón.
Los abuelos de mi hija. Los padres de mi ex. Personas entrañables que ejercieron ejemplarmente de abuelos con admirable entrega y dedicación. Personas que continuaron siendo mis suegros incluso después de divorciado, durante toda su vida. En la foto, con dos de sus cinco nietos.
El mayor de mis hermanos. Diez años de diferencia. Un músico virtuosos, un buen hombre de gran corazón.
Mi tío Ramón, el «hermano del alma» de mi padre. Un hombre cercano y amoroso con quien jugué mucho de niño y con quien, siendo ya un hombre, tuve la oportunidad de compartir pensamientos íntimos, produciéndose enre ambos, un «acercamiento» que jamás olvidaré. Siempre permaneceras vivo en mi corazón, tío.
Para mí, Mamá Cris. La madre de un gran amigo. Siempre me trató como a uno más haciéndome sentir integrado cuando yo, siendo un adolescente, me hallaba lejos de mi casa. Nunca olvidaré cómo me tomaban el pelo ella y sobre todo sus hijos, Javi, Luis, Cristina y Carol. Recordarán la anécdota de la compota, con la que todos, también con Don Luis, hicimos muchas risas.
La mejor amiga de mi madre, la madre de mis amigos de infancia, Marta y Julio. Una mujer entrañable a la que llamaba tía, sin serlo. Extremeña y sencilla como son los extremeños. Una segunda madre durante mi infancia para mí. La Tía Lali, mi “madre postiza” como a ella le gustaba decir, un encanto de persona.
Mi abuela por parte de madre. La única que llegué a conocer. La primera muerte cercana en mi vida. La recuerdo como una mujer recia y con personalidad a quien no siempre le parecía bien que no fuese al cole. Gran costurera, mejor abuela.
