Ágora

Cordura para el Sistema de la mano de la Sociedad Civil. Seguir construyendo con libertad, responsabilidad y esperanza.

Por Javier Ortiz Amuriza

Junio de 2022.

Retos de largo plazo, íntima sinceridad, igualdad y evolución. Sentido del humor y transparencia para dar solución a las carencias del sistema. Construir sobre lo ya edificado, legalidad vigente y creatividad constructiva.

Desde siempre me ha llamado la atención la manera en la que se rige la convivencia. Comprender porque las cosas son como son, los aspectos de mayor relevancia a considerar y cuál sería la manera más adecuada de continuar construyendo.

A mis 52 años, voy dándome cuenta de que si bien todo lo importante, el interés general, la sostenibilidad y el cuidado de todas las personas, seres sintientes del planeta y el mismo planeta, son retos de largo plazo.

El largo plazo es sin duda común cualquier intento valioso en la vida. Alcanzar una vida digna requiere una mirada de largo plazo, una mirada desde la fraternidad y la más íntima sinceridad. En un mundo en el que las pandemias, catástrofes y guerras ponen de manifiesto la vulnerabilidad de todo, resulta imperioso actuar.

Hacerlo desde lo más íntimo, desde lo más digno que cada persona sea capaz de encontrar en sí misma, con moderación, introspección y buena voluntad.

Todas las personas somos iguales más allá de cualquier tipo de consideración. La fraternidad ha de ser lo que inspire la convivencia entre todas y los defectos del sistema actual favorecen la mezquindad de unos y de otros.

Todos lo sabemos, pero también todos podemos poner nuestro granito de arena para que las cosas cambien y mejoren por y para la esperanza.

Considero que esto, es la clave para darse cuenta de que el sistema actual requiere contemplar que esto no es compatible con el sistema político vigente. Un sistema que adolece de una perspectiva de largo plazo y se ve constreñido por el interés político de la reelección.

Creo que todo lo que hay, todo lo que se ha desarrollado a lo largo de la historia tiene su razón de ser y ha sido lo más evolucionado que, hasta ahora, la humanidad ha sido capaz de crear.

Siento que ha llegado el momento de dar un paso más adelante. El momento de aprovechar las enormes posibilidades que ofrece la tecnología actual para dar voz y voto a una sociedad civil comprometida y consciente que dote de cordura a la manera en la que gestionamos la convivencia y el cuidado del planeta.

Sinceramente pienso que la gran mayoría de las personas viven de una forma sencilla, comprometida y coherente con el interés general. Creo te sería relativamente sencillo instrumentar mecanismos para dar voz y voto todas las personas que escojan formar parte de un nuevo intento por y para la esperanza.

La tecnología actual permitiría crear un portal digital público que respete la legalidad vigente y permita a todas las personas que libremente lo escojan, hacer una declaración de sus ingresos, sus gastos, de su patrimonio y su contribución fiscal.

Quizás nos daríamos cuenta de que la inmensa mayoría de las personas viven de una manera más que razonable, sencilla y comprometida. También creo que esta inmensa mayoría estaría gustosa de participar en una solución que aporte coherencia al sistema. Más aún, si con ello se les ofreciera la posibilidad de acceder a deducciones y exenciones fiscales, así como a otros privilegios que hasta día de hoy han sido patrimonio exclusivo de los más pudientes.

Pienso que podría hacerse de una manera bonita y divertida, ofreciendo a todas las personas que puedan ver en el percentil, término utilizado y sociología, en el que se encuentra. Es decir, que puedan verse en qué grupo de la sociedad se encuentran, quizás caricaturizando unos y otros percentiles de manera que quede patente cuál es la situación de cada persona respecto al resto de la sociedad.

Pienso que todos tenemos virtudes y defectos, inquietudes y miedos. Quizás si fuéramos capaces de dar un paso atrás, de tomar distancia de nuestras propias miserias y hacerlo con un toque de humor, quizás pudiera servir para darnos cuenta de que al fin y al cabo todos somos iguales y que no existe nada más hermoso que la fraternidad.

Una acción civil coordinada, favorecida, moderada y consciente qué permita construir sobre lo ya edificado de una manera amable y divertida.

El marco jurídico actual ofrece la posibilidad y hacer llegar a las Cortes una proposición de ley que habrá de ser tramitada en ambas cámaras y a través de la que, con el debido apoyo mediático, pudiera encontrarse los cauces para mejorar el sistema fortaleciendo sus debilidades y capitalizando sus oportunidades.

Soy consciente de que tenemos de sobra para todos, pero también de que no hay suficiente para la codicia de una sola persona. Creo que ha llegado el momento de apoyarnos en las tecnologías actuales y en la buena voluntad de la inmensa mayoría de las personas para que la mezquindad quedé a la vista de todos.

Quizás, intentarlo mediante una proposición de ley al amparo de la Iniciativa Legislativa Popular contemplada en la Constitución de 1978, sería posible.