/Javier Ortiz Amuriza

37. Miedo, arrogancia y debilidad vs valentía, vulnerabilidad y auténtica fortaleza.

Valentía, pensamiento creativo y esperanza para combatir el miedo, la parálisis y la inacción. Sensatez, valentía y acción constructiva. Por un futuro de esperanza para la humanidad y el planeta y que no sea por no intentarlo.

 

Desde hace años, gracias a la posición que me brinda mi estado de salud, vengo dándome cuenta de la enorme diferencia que existe entre una verdadera valentía y una posición altiva teñida de orgullo y arrogancia. Pienso que ser valiente no es no tener miedo, la ausencia de miedo no te brinda la oportunidad de ser valiente. Pienso que es sustancial distinguir entre valentía e inconsciencia. Creo que la valentía conlleva reconocer el miedo y hacerle frente.

Del mismo modo, en este sentido, pienso que hay que ser valiente para mostrar la propia vulnerabilidad. Que, si se es verdaderamente valiente, es decir, si se siente miedo y se escoge afrontarlo, “plantarle cara”, se puede sentir mucho miedo y uno o una misma decidir afrontarlo y superarlo. Que cuando se escoge actuar de este modo, ser capaz de reconocer la propia vulnerabilidad y el propio miedo que suele acompañar a la incertidumbre, a la ausencia de certezas, a la falta de seguridad, es una muestra clara de auténtica fortaleza.

Me doy cuenta de lo extendido que está el miedo en la sociedad actual. Un miedo que se disfraza de orgullo como principal modo de defensa. Pienso que, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU por ponerle una fecha, el miedo se extiende en la sociedad rechazando todo lo diferente y desconocido fomentando actitudes xenófobas y racistas.

Pienso que también la actual pandemia por el COVID 19, está poniendo de manifiesto la existencia de miedo en la sociedad actual.  Algo que viene fomentando actitudes de ensimismamiento en lo personal, de nacionalismo exacerbado en lo político y, en definitiva, de una mirada obtusa en lo social y personal.

Bulos, Fake News, negacionismo e insensatez por doquier. Todo ello acompañado de un servilismo, generalmente involuntario e inconsciente. Una tendencia que siento que nos lleva desde la inconsciencia del negacionismo, hasta la irresponsabilidad del catastrofismo y a la peligrosidad del conformismo. Si tiene que llegar el fin del mundo, que nos pille trabajando por un mundo mejor al cobijo de la esperanza.

El futuro es desconocido por definición. Lo que está por venir es nuevo, confío en que será diferente y lo imagino como algo mejor que lo conocido. Creo que el pensamiento es creativo y me afano en imaginar un futuro mejor. Sé que es posible. En este sentido, recientemente he visto una película que me ha inspirado: 22 de Julio, una historia basada en hechos reales, en un episodio dramático que se produjo en Oslo, Noruega en 2011, en la que un adolescente da una lección de arrojo, fortaleza, auténtica valentía y pensamiento creativo.

Pienso que hoy en día resulta imprescindible un espíritu creativo y de esperanza para crear un futuro para la humanidad y el planeta. Quizá resulto cansino al insistir desde distintos puntos de vista sobre esta idea, pero en mi vida he aprendido que habitualmente me arrepiento de lo que no he hecho, pero no de lo que he hago, aunque me equivoque, la acción siempre esconde, cuando menos, un aprendizaje por descubrir.

 

Ágora

UN ESPACIO PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

¿Quién es Javier Ortiz?

Últimos Artículos

Art. 96. Oportunidad digital en la arquitectura organizacional de empresas e instituciones como agentes sociales responsables con la promoción de una fundación privada de interés general
Art. 95. Hermandad, responsabilidad, madurez y parlamentarismo activo, !Por el amor de Dios!
Art. 94. Un paso atrás para tomar impulso. Sanar a la sociedad sanándose cada quien a sí mismo.
Art. 93. Un paso atrás para tomar impulso. Por una auténtica hermandad.
Art. 92. Una familia, cada vez, más numerosa.
Art. 91. Colapso.