/Javier Ortiz Amuriza

12. COVID 19 – ¿La última oportunidad?

El universo nos está hablando. Hay mucho que cambiar, mucho que corregir y mucho que aprender. Una responsabilidad que nos atañe a todas las personas y que exige de cada cual el esfuerzo personal que una labor compartida requiere.

He mencionado en artículos anteriores que tengo la sensación de que, ante esta situación de pandemia que a todos nos afecta y que, de una u otra manera, a todos nos desorienta, esperamos que las soluciones nos vengan dadas. Creo que así justificamos que cada uno y cada una nos autoexcluyamos de formar parte de la solución. Opino sinceramente que somos todas las personas quienes debemos tomar “cartas en el asunto” en un intento de formar parte de la solución que el universo nos reclama.

Es cierto que la responsabilidad institucional de los gobiernos y de los agentes sociales con mayor repercusión es superior a la de los particulares, a la de los individuos. Sin embargo, considero que más allá de la representación política y económica de los mencionados agentes, cada una de nosotras, cada uno de nosotros, tiene la posibilidad y responsabilidad de influir, no solo con su decisión de voto, sino mucho más allá, con cada una de nuestras decisiones de compra y forma de vivir.

Hace años que siento que tenemos los políticos que merecemos. Quiero decir que, si aspiramos a tener representación política honesta, transparente y comprometida, es preciso que todos y todas vivamos de manera honesta, transparente y comprometida. Pienso sinceramente que en la medida en la que no empecemos por nosotros mismos será difícil que logremos una representación institucional que reúna las mencionadas condiciones. ¿Cómo pretendemos una clase política íntegra si en nuestro ámbito personal actuamos de manera egoísta, buscando siempre la trampa para nuestro beneficio personal?

En mi trayectoria vital he tenido la oportunidad de darme cuenta de que en unos y otros ámbitos, a mayor o menor escala, todos tendemos, sin darnos cuenta y de manera inconsciente, a justificar y defender nuestros propios intereses. Atender al interés general tanto en un ámbito estatal, autonómico, institucional o personal, requiere de un ejercicio íntimo de disciplina y autoconocimiento que muy pocas personas afrontan.

En la actual situación mundial, siento que esto se pone de manifiesto al ver como los políticos de unas y otras banderas se enzarzan en discusiones banas. El universo nos está diciendo que no vamos por buen camino, que debemos encontrar el modo de corregir el rumbo. Quiero pensar que aún estamos a tiempo y que son muchas y variadas las voluntades alineadas en este intento. ¿Vas a formar parte de la solución?

Ágora

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